Nació en la ciudad colombiana de Tontahollín, sin aire en la cabeza, un 28 de febrero o marzo de 1992, no se aprecia bien el mes en la partida de nacimiento debido a una cagada de pájaro que emborrona el documento. Se le presupone hijo de padre y madre. Sí se conoce la existencia de una hermana mayor llamada Consuelo, que estudió corte y confección, murió a los 27 años en extrañas circunstancias, se sospechó durante años de Juan Luis.

En sus primeros años apenas hablaba y solo emitía extraños graznidos, practicó el voleibol de playa hasta que aprendió a hablar un día que le pisaron la cabeza. Todos lo recuerdan cuando gritó: “A mí no me pisas malparío, pinche huevón, que soy muy macho”. Años más tarde jugó al fútbol apasionadamente uno o dos partidos.

La verdadera pasión de Juan Luis, desde bien chiquito, fue la música. Esta pasión la mostró en la escuela y en el cuarto de baño de la casa de la vecina. Sus padres pidieron ayuda a un tío rico de Bogotá para pagarle los estudios de solfeo y trabajos de solguapo. Le cambiaron la cara varias veces hasta que atinaron con un buen físico para cantante pendejo y bailón.

Con quince años compuso su primera buena mierda de música con ritmos caribeños, salseros, y un poco de funky. La canción se llamó “Tengo ganas, uo, uo, uo”. Fue un autentico éxito cuando la cantó en una obra de teatro en la que se coló sin permiso aprovechando el descanso, el muy truhan.

Convencieron a su tío rico de Bogotá, a base de mamporros, para que pusiera la plata necesaria y grabar una canción en un estudio profesional. Así grabó dos canciones que compuso con la ayuda de su amigo Alfredo Cagarro: “¿Qué es esa mierda?” Y “Más vainas no, ni baldosín impregnado de merca”. Su tío rico también le pagó clases de canto y baile, pensó que así sería la mejor manera de librarse de la familia del chico para que lo dejasen en paz.

 

Aquel disco grabado con pocos medios fue todo un éxito en las redes sociales; se propagó con gran rapidez. Su tío rico, a punta de pistola, tuvo que contratar a varios hackers para que se difundiese por la red debidamente.

Poco tiempo después, Juan Luis, contrató a un manager de Medellín, muy conocido por ser un experto en el herraje de yeguas, llamado Luis Fonsi Carcelero. Juntos decidieron buscar un nombre más comercial, y Juan Luis, a partir de ese momento, se conoció en el panorama musical como Malumacho, nombre que lo formó cogiendo sin permiso las iniciales de parte de su familia.

Compuso otras canciones y todas ellas, con la ayuda de sus amigos hackers, se hicieron muy populares en internet. Con el dinero de su tío rico, al que le había vuelto a robar, sobornaron a varios pinchadiscos que trabajaban en las emisoras más prestigiosas y con mayor audiencia de la radio para que sus canciones sonasen a todas horas.

Una tarde de junio, cuentan, que en la emisora de radio La Chingadera Venidera de Jalisco (en México) estuvo sonando una de sus canciones toda la tarde, la repitieron más de 87 veces.

El artista captó la atención de Sony Music, que le hizo un contrato en el que el cantante cedía toda su vida artística por ochenta años a la compañía discográfica. Juan Luis, que apenas sabía leer y escribir, no entendió nada de aquel contrato leonino y lo firmó sin apenas pestañear.

La compañía discográfica le publicó un álbum de gran repercusión social, el cual contenía grandes éxitos como  “¡Vente pacá!”,”¡Vente pallá”, “A tí te quiero así mami!”,y la mundialmente conocida ”Pendeja no te me pegues el  chicle en la oreja”. Gracias a esta canción se vendieron más de diez mil copias.

Al año siguiente publicó un sencillo y uno del revés, que también le proporcionó pingues beneficios a la discográfica y a su manager, ya que a Juan Luis le pagaban con ropa cara y perritos calientes. Juan Luis no entendía nada de bancos, ni de royalties.

Aquel año estuvo de gira por Perú, México, Paraguay, Argentina, Colombia Panamá, Brasil, Chile y Puerto Rico, para terminar en E.E.U.U. En uno de los conciertos que dio en Miami, Malumacho, tuvo que salir corriendo apenas hubo terminado su actuación, debido a que fue perseguido por 69 mujeres que formaban parte de la Asociación de Madres Cristianas con Refajo, muy enfadadas por las letras picantonas y ofensivas para las mujeres y comadrejas.

Consiguió el Grammy latino a la mejor canción, el premio Chupachuso al mejor disco popular, el premio Cagaleta de Platino por sus 100.000 copias vendidas, principalmente en el mercado suramericano, y también cabe destacar entre sus logros, conseguir el premio anual La Botija de Plata, que concede la prestigiosa revista peruana El Imbécil.

A los 28 años, como le ocurrió a otros ilustres del mundo musical, falleció. Su muerte fue a consecuencia de los disparos, a boca jarro y tinaja chula por la espalda, que una antigua novia le ofreció como muestra de amor sincero y pendejo.


No hay comentarios hasta ahora.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. El campo del sitio web es opcional.

COMENTARIOCOMENTARIO
Tu NombreTu Nombre
EmailEmail
WEBSITEWEBSITE