¿Dónde está Eleonora?

[…] Sabían de mis correrías con la bella de ojos claros, dulce pecosa. Conocían mis episodios de drogas y alcohol. Pudieron pensar que en alguna de aquellas fiestas privadas entre los dos se me pudiese haber ido la mano con tanta bebida y química. Yo cada vez me encontraba más perdido, desorientado, no entendía nada, llegué a dudar hasta de mí. Las lagunas mentales que sufría después de beber en exceso eran más frecuentes de lo que me hubiese gustado.

Recuerdo que pasé todo aquel día llorando como un niño. Permanecí durante horas en la cama hecho un ovillo, mordiendo mi almohada. Hubiese hecho un pacto con el mismísimo Diablo para que me diese tan solo alguna pequeña pista que poder seguir…


No hay comentarios hasta ahora.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. El campo del sitio web es opcional.

COMENTARIOCOMENTARIO
Tu NombreTu Nombre
EmailEmail
WEBSITEWEBSITE