Catahuacho, primavera del año

de nuestro señor de 1986

La linda luz de mi sendero:

Desde tu marcha todo este mundo se me hace más abrupto. A veces, cuando me fallan las fuerzas, lo único que me da un poco más de aliento, es aglutinar la serie más bonita de recuerdos de tu estancia junto a mí. Y así poder seguir mi marcha por este camino marcado por mi destino de lo más, como te mencioné, intrincado.

Por lo demás aquí continúo con la misión. La escuela ya está casi terminada. Pronto podremos comenzar a dar clases decentemente a los niños. Debemos continuar pidiendo ayuda para tener más libros; sobre todo aquellos que sirven para pintar y desarrollar la incipiente imaginación de estos polluelos.

Espero ansioso tu retorno. Cuento los días que faltan y preparo tu regreso para que todo esté a tu justo acomodo, y así poder continuar con nuestra noble labor. Deseo recibir con todo el agrado tus estupendas ideas, que ayudan a cambiar desde luego este injusto mundo, como tu bien me decías, mi Luz, la suma de muchas almas hacen más fuerte el cambio hacia el lado correcto, tu lado.

Se despide deseoso de tu pronta vuelta.

Ignacio Sábato Cortés.

Nuncanada 6 de mayo de 1986

Mi querido Ignatius:

Ya pronto regresaré para seguir forjando la semilla del nuevo mundo, y preparar la llegada del nuevo líder que afianzará nuestro nuevo orden y acabará con las almas de los poderosos. Mi querido Ignatius, ten la paciencia y el temple necesario, para que a mi regreso pueda por fin restablecer el reino que un día me fue arrebatado.

Lui Belduque de Luicifer