Fotos para el recuerdo. Años setenta.

 

Mi tío tercero por parte de suegra Norberto Gómez.

 

Hombre muy cabal e inteligente. Desde muy joven trabajó como repartidor de leche, que vendía yendo a las casas de los vecinos del pueblo, con su mobylette campera y dos aguaderas de esparto a ambos lados de su moto, le servían para transportar dos cántaros metálicos llenos de leche con agua.

 

En una de sus idas y venidas atropelló a Stephen King, que como todos sabéis por aquel tiempo vivía en la Avenida San Antonio, en el tercero de un edificio de dos plantas. Abajo había una tienda de chucherías de su propiedad. Allí pasaba la mayor parte de su tiempo sentado junto a una camilla. Lugar, donde en sus tiempos de poco atender al público, por no aburrirse, escribía sus novelas gracias a una vieja máquina olivetti con la que un cliente le pagó 67 litronas de cerveza que le debía.

 

Después del accidente mi tío y el chuchero se hicieron muy amigos, y un buen día de borrachera en el bar del Gume decidieron marchar a Hollywood, con el propósito de vender vino de garrafa.

 

Estafano (como lo llamaban muchos) tenía por allí contactos.

 

El resto de la historia ya es conocida por todos.

Todas las reacciones:

M Aurora Martinez y Pedro Trujillo Quesada


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