Mi puñetera oreja izquierda 10
Relatos Cortos / 24 julio, 2019 / Mario GrageraEncontramos una pequeña pensión en el centro de la ciudad, es curioso que no tengo ni idea de donde nos encontramos, no sé qué ciudad nos acoge, y por otra parte me da igual, es más hasta lo prefiero. De alguna manera el hecho de sentirme perdido me da un soplo de libertad que elimina cualquier rutina. Si antes al verme preso echaba de menos esas rutinas de mi día a día, ahora la nueva aventura de lo desconocido me hace sentir más vivo, pero también muy nervioso y asustado.

-Alicia, antes pensaba que los que nos perseguían eran malhechores digamos de andar por casa, pero ahora me doy cuenta de que hay gobiernos tras nosotros, lo cual me acojona infinitamente más – mientras esto le digo a la morena de pelo alborotado, la miro fijamente a sus azules ojos procurando no perderme en ellos.
Nos habíamos sentado en la única cama de la pequeña habitación que pagué por adelantado en metálico, así evitaría que nos pudieran encontrar rastreando mi tarjeta bancaria, lo había visto en innumerables películas de espías. Suerte que cogí todo el dinero que guardaba en el cajón de mi mesilla antes de salir huyendo de mi casa, y suerte también que mis captores no tocaron mi cartera.
Alicia me mira atentamente mientras sujeta mis manos
-Jaime debo ponerte a salvo no es justo que corras estos peligros, es a mí a quien buscan, debo pensar la manera de que vuelvas a tu normal vida y te dejen en paz.
-Yo no quiero dejarte, estamos juntos en esto – aquello suena en mi cabeza, justo salen las palabras de mi boca, como el típico dialogo de rancia película, pero realmente es lo que sentía, y si me descuido le digo que quiero que sea la madre mis hijos.
Continúo preguntando – ¿Alicia por qué te persigue gente tan poderosa?
-Es difícil de explicar – me toca mi oreja izquierda con suavidad – Sé que no eres como los demás, eres especial y eso me gusta, normal yo también soy un bicho raro.
-Supongo que eres de los que siempre has, al menos, intuido que el mundo no es como nos quieren hacer creer.
-Sí, ya sé que los políticos y la gente poderosa manipula la información y prefiere que seamos borreguitos, para ellos seguir lucrándose y manteniendo sus sillones en lo alto de la montaña de sus vanidades, codicias, ansias de poder y todas esas mierdas que tan poco me interesan – le digo a Alicia para demostrar que no soy ningún tonto a estas alturas de mi vida.
-A parte de la raza humana han existido y cohabitado, en secreto, otras razas mucho más antiguas en el tiempo – me dice la hermosa morena de pelos alborotados lo que suscita un aumento del nivel de atención de que dispongo, siento que mis ojos deben estar abiertos como los de un búho al acecho y Alicia sigue acariciando mis manos con ternura.
Después de un breve silencio – Yo no pertenezco a tu raza, soy de otra especie distinta. Hemos desarrollado unas capacidades o habilidades que vosotros no tenéis o al menos la mayoría de vosotros, si habrás oído de casos de personas con ciertos poderes telepáticos, telequinesis, piroquinesis, precognición, teletransporte o clarividencia.
-Sí hubo una época que conocí a gente con estas habilidades y me interesé por ellas, pero ya hace mucho de aquello. Es evidente que tú las dominas, o por lo menos la telequinesis a un nivel superior, todavía tengo en mi cabeza la imagen de aquellos dos tipos volando por la habitación – contesto sin mostrar asombro, como si todo aquello fuese algo habitual en mi vida.
-Bien, pues yo pertenezco a esa otra especie, que se remonta a los tiempos de los tiempos mucho más antigua que la tuya, y esas habilidades que algunas personas de tu raza han desarrollado es porque son seres mitad humano mitad Jergraun. También nos llaman Ancestrales o los Primeros.
-Los Ancestrales o Jergraun llegaron a este mundo mucho antes que los de tu raza. Mis antepasados eran seres que consiguieron dominar lo que llamamos la Telaraña Psíquica del Universo, y podían trasladarse de un mundo a otro con relativa facilidad, abriendo portales entre las distintas dimensiones del Universo, es un proceso complejo no te quiero aburrir con detalles. Siempre hemos buscado el bien, el equilibrio entre mundos y seres, no empezamos esta guerra.

Permanezco en silencio, me dedo haber quedado mudo, mi postura de “no me sorprende nada de lo que me vayas a contar” se ha reducido a una pequeña piedra en mi zapato.
-Estaba en España buscando a otros de mi género cuando me descubrieron por un estúpido descuido. Somos una amenaza para ellos. Supongo que debes estar perplejo, como comprenderás no debes desvelar todo esto que te cuento por tu seguridad y la mía.
Niego con el movimiento lento de mi cabeza – supongo que los dos sabuesos que te tenían secuestrada en aquel chalet trabajan para esta gente tan poderosa que te quiere muerta y, supongo también, que fue obra tuya verlos por el suelo a uno y al otro encima del árbol cuando huíamos – digo esto y una sonrisa aparece en mi rostro, Alicia está triste, no está para risas, más bien la veo con ganas de llorar, le abrazo y le doy un beso en su frente.
Alicia prosigue son sus explicaciones, lo cual le agradezco y escucho muy atento.
-Actualmente el gobierno de Israel está al mando y control de una organización que opera la margen de las leyes, con fondos y medios ilimitados que no tienen que justificar. Son herederos de otras organizaciones secretas al amparo de varios estados, que a lo largo de la historia nos han ido cazando y eliminado como a animales.
-Mi familia lleva siglos padeciendo esta persecución implacable Jaime. En la Edad Media, en Irlanda, a mi tataranosecuantos abuela la acusaron de brujería y trataron de matarla. Desde entonces no han dejado de perseguirnos para quitarnos la vida, cuando no entienden al que es diferente prefieren eliminarlo. Nunca hemos hecho daño a nadie que no lo mereciese.
-Yo estoy muy orgullosa de que mi nombre sea el mismo que el de mi antepasada.
Me quedo de nuevo mudo. No es fácil asimilar toda esta historia que parece sacada de una novela de ciencia ficción, de esas que de joven me gustaba leer.
Veo a mi hermosa y triste dama que permanece en silencio durante unos minutos, supongo que pensando en todo lo ocurrido, pero de repente se levanta y se asoma por la ventana con el gesto torcido.
-Alicia, ¿Alicia Kyteler ocurre algo?
-¡Joder otra vez nos han descubierto! No entiendo cómo nos encuentran tan fácilmente…
SUSCRÍBETE A MI BLOG