Pablo y su hijo Luis, un joven inteligente – que contaba con doce años de edad – salieron a dar un paseo por el camino que conducía hasta la pequeña carretera que llegaba hasta el pueblo. Vivían en una bonita casa en el campo, no muy lejos de Santa Marta del Bierzo.
-Papá, ¿te gusta ser profesor?
-Sí hijo siempre fue mi vocación- le contestó su padre.
-Papá, ¿Sabes quién inventó el dinero?
-No es fácil de precisar. La utilización de metales preciosos como forma de pago (intercambios), la podemos situar en Mesopotamia, alrededor del año 1500 a. C. La acuñación de monedas comienza alrededor del siglo 6 al 7 a. C.- dijo su padre con serio semblante mirando al frente.
-No papá, el dinero no fue invento del ser humano- dijo Luis mientras lanzaba una pequeña piedra camino adelante.
Su padre lo miró sonriente esperando alguna absurda ocurrencia que su hijo hubiese visto en internet.
Continuaron caminando durante un rato en silencio.
-¿Bueno Luis pues quien lo inventó?- preguntó su padre aún más sonriente.
-Padre el dinero fue obra del Diablo.
Pablo muy serio se detuvo y miró a su hijo, a continuación le pasó su brazo por el hombro. Ambos siguieron caminando muy serios y en silencio…

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