…Me extraña lo que oigo con dificultad, parece el susurro de alguien que agoniza. Lidia da un brinco y se asoma a la ventana – Joder esto no me gusta, ¡coño, mierda, hostias! – Se coloca sus botas a toda prisa, coge su chaqueta, saca su arma reglamentaria y se dirige hasta la puerta, la abre con cuidado apuntando con el arma que sujeta con ambas manos. Nunca la había visto tan nerviosa, con el rictus serio, ceño fruncido, mordiéndose los labios.
Veo cómo sale al pasillo que da a las escaleras junto a los ascensores, oigo como me dice en voz baja que permanezca agachado detrás del sofá.
Lo siguiente que oigo son disparos, voces, golpes, mi corazón se acelera, no sé qué hacer –joder y si han herido a Lidia o lo que es peor …- aparto ese pensamiento y salgo hacia la puerta.
Una bala debe de pasar muy cerca, oigo como impacta en la pared del pasillo muy cerca de donde me encuentro…

No hay comentarios hasta ahora.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. El campo del sitio web es opcional.

COMENTARIOCOMENTARIO
Tu NombreTu Nombre
EmailEmail
WEBSITEWEBSITE