(PROYECTO SAIRUS 7) 4º
Relatos Cortos / 7 mayo, 2021 / Mario GrageraMe despierto, veo hombres con batas blancas a mi alrededor, me siento muy aturdido mareado y como si me hubiesen dado una paliza
Veo a través de una ventana de cristal unos seres sentados en unas extrañas sillas, conectados a cables, veo pantallas de fondo azul, monitores que muestran colores que parpadean.
Noto un pinchazo en mi brazo izquierdo y caigo en un sueño profundo.
Despierto de nuevo, estoy tumbado en el suelo de una de las salas de relajación. Me incorporo aturdido, pero no me siento tembloroso como en otras ocasiones.
Me acomodo en una butaca giratoria delante de una de las mesas de lectura. Me acaricio la frente la noto algo caliente.
Oigo un gimoteo, como si de un niño se tratase – “eso es imposible» – pienso.
En un rincón de la sala está un niño cabizbajo, gimoteando. Mi cara de asombro no desaparece en los varios minutos que permanezco bloqueado.
– Cómo es posible, ¿de dónde has salido? – Me dirijo al pequeño arrodillado.
El pequeño me mira con ojos llorosos y se acerca despacio, se encamina hacia mí arrodillado y extiende sus manos. La ternura, muy escondida en mi interior hace acto de aparición, lo que origina unas ganas enormes de abrazarlo.
Me acerco a él y me agarra mi pierna derecha, debe sentirse muy solo.
De repente siento una dentellada brutal en mi pierna, grito sin poder remediarlo. El pequeño demonio abrió su boca como si de animal descontrolado se tratase y casi me arranca un trozo de piel de mi pantorrilla.
En un acto reflejo lo aparto dándole un puntapié.
– Maldito hijo de mala madre, vuelve a la carga – veo como su boca se hace cada vez más grande y sus dientes afilados y retorcidos asoman como si fuesen los de un tiburón.
Huyo corriendo por los oscuros pasillos de la nave…
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