ABSURDISIMA MARTINEZ TONTONUELO (INVENTORA)
Nació en la primavera de 1958 a la edad de 14 años, hija de un nieto varón, marinero de profesión, calcetinero de entretenimiento.
Ya de muy temprana ofreció buenas maneras, también las ofrecía malas a mitad de precio, como digo, ofrecía buenas maneras en el arte del canto del revés y del punto de ocho, cazaba moscas con las orejas, mientras realizaba sus estudios de bellas artes en la Universidad de Comillas Punto y Aparte.
La vida no le fue de cara, ni barata, más bien de espaldas, en el año 1978 fue cuando un tropel de comunistas resurgentes en manifestación la arrojó a un vertedero por equivocación, ya que un perro borracho la acuso de traidora.
En sus días de vertedero montó una colonia de ratas noruegas, víctimas del desamor, que violentaron al resto de las sociedades subyacentes, víctimas a su vez del colonialismo británico de Gibraltar del Norte; fue en aquel momento álgido de su vida de luchadora proactiva, hambrienta de fama y famosones, cuando conoce a Jacinto Vergadana, que a la postre y café sería su futuro marido y amante solo los fines de semana.
Juntos emprenderían muchos viajes por los confines de la galaxia campestre, conocieron así la cultura milenaria del cestero de mimbre californiano, que se desarrolló hace miles de años en la zona del Norte de Aragón y sur de Castuera, apéndice del neoclasicismo cestero que se desarrolló en aquellos años en los que nuestra heroína vivió. Fue en esos años en los que Aburdísima encontró una nueva técnica de realizar cestos de mimbre con las manos del revés con mimbre hecho de mimbre, hasta el momento nunca antes realizado, pasando así a los anales de la historia como la inventora de tan fantástica técnica, tan útil hoy en día en todos los hogares de Cabo Verde.
