Cuentan los más viejos del lugar de la charca política que hace ya muchos años, los tiempos de una joven democracia que recién comenzaba a dar sus primeros pasos. Los partidos políticos ya estaban bien asentados, con sus políticas claras, sus pensamientos en orden, sus líneas de actuación bien definidas; por otra parte se habían llevado a cabo, con gran éxito de participación, elecciones libres en todos los ámbitos, tanto generales, como autonómicas, así como municipales.

En un pequeño pueblo de zona costera cuyo nombre vamos a no pronunciar, por respeto a sus ciudadanos y por consejo de los servicios secretos de nuestro país, después de celebrarse los comicios, las fuerzas más votadas fueron por este orden el Partido Socialista y después la desaparecida formación denominada Alianza Popular origen del Partido Popular de hoy.

Decidieron, con buena lógica, por respeto a los votantes ilusionados con la nueva democracia, que sería bueno para los intereses de aquel pueblo que las fuerzas políticas con más representantes conseguidos en las urnas se sentasen para formar una coalición y así negociar y pactar soluciones en base a sus programas, priorizando todo aquello que fuese en interés del ciudadano, todo aquello que afectase al mayor número de habitantes de aquella pequeña población costera.

Había muchos temas en los que coincidían por ser cuestiones a solucionar muy evidentes y que mucha falta hacía, había mucho por hacer en aquellos años. Problemas de Sanidad, había pocos servicios médicos, no había suficientes colegios para atender la demanda educativa de los niños, era urgente el asfaltado de calles y arreglar el asunto de la escasa iluminación en muchas zonas de la población. Hacía mucha falta redoblar esfuerzos en temas de mantenimiento y saneamiento.

Aparte de estos problemas de mayor o menor importancia pero de difícil solución debido principalmente a la escasez de medios, si que había otros muchos que con trabajo y buena gestión eran menos complicados de acometer para su mejora.

Decidieron un lunes después de las elecciones sentarse los representantes del partido socialista con los representantes del partido conservador para, respetando las urnas como venimos repitiendo, intentar llegar a acuerdos y pactos para formar gobierno municipal por el bien del interés general de sus ciudadanos a los que representaban, y así poder solucionar lo más prioritario y factible a la mayor brevedad posible.

Estando ya sentados en una mesa ovalada en un salón del Ayuntamiento a puerta cerrada y ventanas cerradas, es cuando comenzaron los problemas que dieron lugar a que nunca más en la historia de este país algo así volviese a repetirse en todos los ámbitos de la política al conocerse lo sucedido.    

Antes de relatar los hechos acaecidos deben saber que los nombres de estas personas serán omitidos por respeto a ellos mismos, a sus familiares y por indicación del CESID.

Al poco tiempo de comenzar aquella reunión, una de las concejales socialista de izquierdas y progresista, cuyo nombre es omitido por las razones ya esgrimidas en el párrafo anterior, al recibir el aliento de uno de los concejales conservadores, también se omite su nombre por las mismas razones, al hablar de unir esfuerzos para una coalición notó como su piel enrojecía y sus cejas comenzaron a despelucharse, a continuación unas fuertes convulsiones la hicieron vomitar en la mesa. Seguidamente otro concejal, esta vez conservador, al recibir el aliento de la concejala progresista que tenía a su derecha y con la que debatía posibles presupuestos comenzó a sentir que su lengua se hinchaba junto con sus párpados y, para poco después, sus mofletes verse totalmente hinchados y sonrojados, pareciendo su desfigurada cara más propia la del culo de un mandril africano que la de un ser humano. Así los vieron el resto de los presentes, como así lo expresaron al ser preguntados por los servicios médicos que los atendieron de urgencia.

No acabaron ahí tan inexplicables sucesos, minutos después otro concejal del partido socialista también comenzó a vomitar encima de la chaqueta del representante conservador con el charlaba amigablemente, según contaron después, sobre temas familiares, de cómo sus familiares más cercanos les apoyaban para aunar esfuerzos, el otro concejal conservador con el que se ponía de acuerdo, a su vez el notó como los dedos de sus manos y sus pies enrojecían y se hinchaban de tal manera que no pudo caminar al levantarse asustado, y cayó de bruces contra el parquet de la sala de reuniones. El resto de los asistentes aquella reunión corrieron suerte parecida, unos con vómitos y perdida de cabellos, otros con hinchazones, enrojecimiento en distintas partes de su cuerpo. Otro hecho del que tuvimos conocimiento fue que a otro concejal del partido socialista los genitales se le hincharon como globos de cumpleaños.

Lo más llamativo de estos sucesos tan extraños fue saber que el candidato a la alcaldía, el número uno en la lista por parte del partido socialista, al que más solicitaron su atención para conformar gobierno de coalición en esa reunión, acabó prácticamente calvo, hinchado, con toda la piel llena de manchas y ronchas, de sus fosas nasales no dejaban de salir algo parecido a toda una serie de masas, mocos enrojecidos y duros como mollejas de cerdo.

Los servicios médicos no dieron a vasto ese día en los que todos los representantes políticos  fueron llevados de urgencia al hospital más cercano ubicado a más de 60 kilómetros de distancia.

La noticia que no trascendió por estar los servicios secretos del país al tanto y clasificarlo como materia reservada.

Los máximos responsables del Ministerio del Interior si se preocuparon de que los aparatos de los distintos partidos políticos supiesen de lo sucedido, con el fin de prevenir futuras reuniones que pudiesen ocasionar más problemas de salud al intentar gobiernos de coalición entre conservadores y progresistas, izquierdas y derechas.  

Es por esto, la verdadera razón, por lo que nunca más izquierdas y derechas políticas pueden formar gobiernos ni tanto a nivel estatal, como de comunidades autónomas o municipales.


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