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Patric II
Relatos Cortos / 13 junio, 2018 / Mario GrageraCapítulo 10 (Borrador)
Patric sino te importa voy a grabar nuestra conversación – Patric asintió con la cabeza dando su conformidad, al oír las palabras de Roberto, que habla un perfecto francés, o eso me parecía a mí, y me hace las labores de traductor.
Conocí a Roberto hace años en una conferencia de prensa en la última reunión del G-20 que se celebró en España, nos presentó mi amiga Ángela. Ella sabía que haríamos buenas migas, y así fue, rápidamente nos entendimos muy bien; tenemos puntos de vista e inquietudes muy parecidos.
Roberto es hijo de inmigrantes españoles y ha pasado toda su vida entre Francia y España. Soy cuidadoso de mantener las amistades de la gente que merece la pena y me aporta valores. Es por esto que he mantenido buena amistad y el contacto hasta hoy. Gracias a su labor, me ha traído hasta aquí, hasta la casa de Patric y sus padres, el hogar del héroe francés, del que todo el mundo habla. Sus padres están muy hartos de verse acosados por la prensa y protegen a su hijo como no podía ser de otra manera. La gran suerte para mí es que Roberto creció y pasó buena parte de su juventud en el mismo barrio donde nos encontrábamos, por lo que conocía a la familia Fleury y se había ganado su confianza para poder estar con ellos hoy.
Sabía que mis jefes del periódico, y mas teniendo en cuenta la situación económica, si les proponía que me financiasen un viaje a Paris para entrevistar a Patric me dirían que no, ya habían hecho un gran esfuerzo para llevar a cabo mi aventura en Irak. Los resultados no fueron los esperados. El artículo que escribí con la poca información que había conseguido no les dejo demasiado satisfechos. Aquel caso que todavía sigue rondando por mi cabeza.
Tuve que mentir a mi empresa diciendo que tenía compromisos familiares fuera del país, para poder coger varios días y venir a Paris, no podía dejar pasar esta oportunidad. Mis irrefrenables ganas de averiguar más detalles del extraordinario suceso a manos de este chico de 17 años, que probablemente con su heroico acto salvó la vida a muchas personas.
Patric, dime que recuerdas de todo aquello, tómate tu tiempo – le dije sonriendo, intentando ganarme su confianza, lo veía un poco nervioso, con la cabeza gacha mirando al suelo y frotándose las manos continuamente. Su madre nos vigilaba desde la cocina, su padre estaba fuera, trabajando.
Sigo sin saber cómo ocurrió todo, lo único que recuerdo es que estábamos sentados en la terraza de aquel bar riéndonos mis amigos y yo, me fijé en que ya estaba oscureciendo las farolas comenzaban a iluminarse. Yo bebí un sorbo de mi cerveza y justo la dejé en la mesa, oímos disparos, gritos, gente corriendo de un lado a otro. Vi al chico que paró delante de nosotros con su coche y al poco tiempo vi como caía abatido por disparos. Después de eso ya no recuerdo nada más – acabó la frase y alzó la vista mirándome a los ojos fijamente, parecía que estaba a punto de llorar. Yo quise tranquilizarlo, le toqué suavemente el brazo como gesto de cariño.
Estarás muy sorprendido por las imágenes que supongo habrás visto por televisión, de todo lo que hiciste, salvaste muchas vidas Patric, eres un héroe nacional, el Presidente de la República te va a condecorar con la más alta distinción, debes sentirte orgulloso por lo que hiciste – aquellas palabras, que las dije buscando reconfortarle, no surtían efecto. Lo noté como si se sintiese más culpable que orgulloso por lo que hizo.
Había hecho los deberes, sabía que siempre fue un chico responsable, un poco reservado y tímido, buen estudiante, alejado de peleas, nada conflictivo, muy amigo de sus amigos. Supongo que todo eso le hacía sentirse, al menos, muy contrariado y muy angustiado por verse envuelto en actos de tanta violencia.
Se me pasó por la cabeza probar técnicas hipnóticas para provocarle una regresión mental hasta el momento en que ocurrieron los hechos, pero pensé que sus padres se opondrían de inmediato, no dejaría hacer de conejillo de indias a su hijo con experimentos que no entenderían.
Me gusta poder averiguar las causas de los misterios que investigo. Siempre trato de llegar hasta el final, hasta las últimas pistas o caminos que me lleven al esclarecimiento de estos fenómenos extraordinarios.
Esta vez me veía en un camino sin final, no podía averiguar nada más, el chico tenía amnesia. Le era completamente imposible recordar nada de lo que hizo a manos de aquel volante, el vehículo que convirtió en un arma contundente para acabar con dos de los terroristas sanguinarios que disparaban a todo el mundo sin piedad.
Me sentí muy frustrado por no poder averiguar lo que tanto deseaba, al menos tenía la esperanza antes de entrevistarme con Patric, de que recordase alguna cosa, por mínima que fuese, que me dejase seguir alguna pista, alguna hipótesis de lo que le ocurrió. ¿Qué pudo hacer que un chico tímido que nunca busca peleas pudiese armarse de valor para enfrentarse a la muerte de esa manera? – Pensaba mientras recogía mi grabadora y mi ordenador portátil.
Roberto no creo que debamos hacer perder más el tiempo a esta familia, el chico no puede recordar nada, es sincero, lo veo en su mirada – le dije a mi colega y amigo.
Nos levantamos del sofá del salón Roberto y yo, miré hacía la cocina buscando a la madre de Patric, para despedirme y agradecerle su confianza en mí para poder hablar con su hijo. Roberto le dio las gracias de mi parte y yo sonriendo le di la mano repitiendo gracias en francés varias veces.
Volvimos al salón para despedirnos de Patric, coger nuestras cosas y marcharnos.
Supongo que algo se metió en mi cabeza y me obligó a hacer lo que hice – dijo Patric en voz baja, pero no lo suficiente como para no escuchar sus palabras y entenderlo perfectamente, lo dijo en un más que aceptable castellano. A continuación nos miramos fijamente, en silencio, durante unos instantes, en ese momento me quedé como una fría estatua.
De regreso a España no podía dejar de darle vueltas a lo sucedido, a Patric y su última confesión. “Cómo un chico tan retraído, responsable, enemigo de problemas y peleas pudo hacer algo así sin pensar en que se jugaba la vida. Qué fue lo que le empujó a hacerlo, para luego no recordar nada. Pudo ser algún tipo de posesión mental, algo o alguien controló su mente dirigiéndolo a realizar un acto heroico que salvó muchas vidas.” Estos interrogantes rondaban por mi cabeza continuamente, mi imaginación, a veces desbordada, auspiciada por mis muchas investigaciones de sucesos paranormales, extraordinarios, sin explicación lógica, no ayudaba mucho a encontrar soluciones mundanas.
Al cabo de un buen rato de viaje, comencé a tener la sensación de que dos pasajeros sentados varias filas detrás de mí me estaban observando. Antonio no empecemos con nuevas paranoias persecutorias – me decía mientras intentaba mirar hacia atrás, con el debido disimulo, para observar más detenidamente a los dos barbudos que muy serios viajaban en el mismo vuelo Paris- Madrid.
Pueden opinar y dejar un comentario abajo del todo sobre cual creen que es la respuesta correcta:
A-¿Son terroristas que le se siguen porque piensan que es enemigo de su organización terrorista, y tiene información de otras fuerzas que los atacan?
B-¿Son terroristas que le siguen porque saben que tiene un pen con información secreta, que ellos le metieron en su anterior viaje sin que en principio se diese cuenta y ahora lo esconde?
C-¿Son simples figuraciones del protagonista, que tiene mucha imaginación?
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